La Semana Santa de Toledo, un evento al que se le puede mirar o contar de varias formas, por un lado en el sentido religioso propiamente dicho, es eminentemente castellana, silenciosa, sobria, con una ornamentación procesional muy sencillos y escasos, en muchos casos apenas un tambor, como máximo unas velas, con las imágenes apenas iluminadas, con andas sencillas y pobres.
Por otro lado está la Semana Santa Histórica, con sus imagines del siglo XIII, con sus cofradias del siglo X, su recorrido por callejas donde solo puede pasar la comitiva de la procesión, dando la sensación de volver la ciudad a la edad media, si en esta existían procesiones, donde la semana santa está hecha para los hermanos, cofrades etc. de estas cofradías.
Y por otro lado está la turística, la última, pero la mas importante actualmente, por el rendimiento económico que aporta a la ciudad, pero también sirva para dar a conocer nuestra Ciudad fuera de lo clásico de la Catedral y el Alcázar, y a lanzarla como una ciudad visitable como si misma sin necesidad de ningún evento ni conmemoración.
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